La última vez que recorrí el centro de la ciudad de Puebla era domingo. Analco, el Barrio de los Sapos, el zócalo, 5 de mayo y hasta la plaza John Lennon abarrotadas de tiendas, vendedores ambulantes, entretenedores urbanos así como visitantes y turistas que me hicieron casi imposible el tránsito o el uso del espacio público para otra cosa que no fuera consumir.
El escenario es similar en casi todas las ciudades del mundo en las que la cultura se entiende como una forma de economía a partir de su relación con el turismo, y aunque Puebla ha entrado tarde a esta dinámica, parece no aprender de los problemas que ciudades como Barcelona, Málaga o Nueva Orleans enfrentan ahora: sobrepoblación flotante, privatización del espacio público, desarticulación de la vida de barrio, encarecimiento de las rentas, colonización de las cadenas globales y cierre de negocios familiares.
Seguir leyendo…
Publicado en: Lado B
Mayo-junio, 2019